Filosofía

Los momentos perdidos los podemos recuperar, ya que merece la pena vivirlos y después retratarlos como si fuese ayer para poder disfrutarlos al máximo.

domingo, 7 de octubre de 2012

Esa expresión que nos hace flojear

Miedo es lo que siento, cuando pienso tanto en una cosa, que me escondo debajo de esas sabanas, que de niños era nuestro refugio.

Sí, tengo miedo, soy humana ¿quién no ha tenido miedo alguna vez? Cuando algo te sale mal que no te arriesgas a fracasar otra vez; cuando tienes miedo de presentarte a alguien y que esa persona te vuelva a fallar como lo han hecho los demás. Sí, ese miedo que te encoje el corazón te lo hace pedazos y solo la reacción del cuerpo es correr aunque te hagas daño. Sí, esa reacción que te hace que te tiemble todo el cuerpo y que no puedas bajar esas pulsaciones que están segregando adrenalina por toda tu sangre.

No hay cosa que más odie, que es odiar al mismo miedo, porque nos debilita,  nos hace ser menores, pequeños, inofensivos, manejables, negativos, inferiores a cualquiera que se aproveche en ese momento... En una sola palabra: NADIE.


Este control nos lleva a pensar en cosas inimaginables, en cosas que nos impulsan a actuar de una determinada manera, con una determinada fuerza y sentido, que nos pasará factura o a lo mejor es lo que mejor se nos da y nos alegramos por esa decisión tan importante. La verdad, no sabemos en ese momento si es importante o no, hasta que vemos esas consecuencias que nos llevan a otro miedo, a ese miedo lleno de pánico y de soledad que rodea tu cabeza como si fuera algo insólito, algo que ni te deja pensar en lo que estás pensando. Ahí es cuando te das cuenta, otra vez, que estás sufriendo ese miedo de otra manera y que otra vez llegas a un punto que no sabes ni lo que hacer, porque este miedo es tan psicológico que te perturba y te llena de una sopa de letras el cerebro.

Sí, tengo miedo, tengo miedo a fracasar, a ser una ignorante de la vida, a no poder cumplir esos sueños, a quedarme sola, a no poder responder a una situación grave, a no poder amar alguna vez, a tener Alzheimer siendo vieja y no poder recordar lo maravilloso que ha sido mi vida. También tengo miedo a perder a las personas que quiero, a no poder ver más allá de mis narices, a morir con dolor, el no saber que hay después de esto, a no volver a confiar, al no perdonar, al saber demasiado, al dolor, al no poder tener fe de nada, al que me inyecten  la anestesia local y que me quede en esa sala, al no saber que decir, al no poder enfadarme normal y ponerme nerviosa y decir todo gritando, al no poder dar una sonrisa a quien lo necesite, al perder esa chispa que me hace ser yo... Hay tantas cosas que son tan obvias que a lo mejor son tontunas, pero para mi son lo más importante del mundo, son mis cosas y mis miedos. Algunos te dicen que no pienses en eso, son cosas que las tenemos todo el mundo o que no son nada, que pienses en lo positivo. Pero cuando te recorre el miedo...es el miedo quien te domina.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Ese miedo que tu sientes, lo siento a veces yo y es la impotencia que tengo a no llegar al final de mi camino y a creer que todo lo que hago, no lo hago correctamente. Pero sigo adelante, debo seguir porque si no, creo que me hundiría completamente...

    Así que, sigue que siempre tendremos otros caminos que sean menos dificultosos en nuestra vida. Solo hay que buscarlos y verás como el miedo desaparecerá o por lo menos, no aparecerá en ese sendero elegido.

    Besos

    ResponderEliminar