Filosofía

Los momentos perdidos los podemos recuperar, ya que merece la pena vivirlos y después retratarlos como si fuese ayer para poder disfrutarlos al máximo.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Ángeles

Me llevaste de la mano, ¿te acuerdas? Tu estabas sereno, tranquilo, como si nada hubiera pasado. Yo te miré a los ojos y vi en ti algo mágico e hipnótico, algo que me hizo suspirar y desviar muy rápido mi mirada para el frente. ¿No sé porque no quise mirarte más? Eras hermoso, no sabría como identificarte, no sabría como decirte que la verdad eras fascinante, como persona y como guardián. ¡Sí guardián! Guardián de toda mi vida, porque eres tu el que me protege, el que me da alas muchas veces para poder hacer lo que mi corazón siente. También el que me aguarda cada noche y día, pero también el que me avisa de las cosas y el que me dice palabras preciosas.
Es algo confuso que me llevó un día, bueno, no, mentira, varias semanas identificarlo. Me llevaste a otro camino a ese que me dijiste "Camina sin miedo" y yo te estoy haciendo caso, camino sin miedo. Sin miedo a lo que digan, sin miedo a que la mente hable de más, sin miedo a que nadie ni mi misma puedan hacerme retroceder o llamarte para que me vengas a buscar, porque creo que es un buen camino. Bueno, no lo creo, me estoy dejando llevar y es lo que me está gustando de todo. Estoy ahora mismo mirando desde la barrera, pero ME EN-CAN-TA. Pero no te creas que no estoy aprendido, porque sí que lo estoy haciendo y eso me provoca ser más de lo que soy y lo que seré.
Pero tú, tú sigues ahí, mirando por si me pasa algo, porque aunque ahora esté pisando hierba con flores, en un futuro puedo estar pisando arena y como no me dé cuenta estaré pisando cardos. Pero sé que te encargarás de no dejarme sola y de seguir estando caminando con migo, pero siempre de la mano.


"Camina con paso firme, si te caes te levantaré, sino, seré feliz. Porque al estar caminando, estás aprendiendo, estás dando otro paso para que la sonrisa te llegue a las orejas, que la mirada te brille llena de ilusiones, que la mente esté abierta y que tus manos vuelen, como las alas que llevo yo colgadas, para así poder protegerte.